El ejercicio de improvisación literario titulado "PRODUCCIÓN EN CADENA" consistió en crear 18 textos colectivos. Cada participante disponía de dos minutos para continuar el relato. Disfrutad de estos cadáveres exquisitos, de los cuales aquí colgamos el SÉPTIMO:
Cuaderno literario de Olga
Al principio fue la síntesis
La síntesis del comienzo creó un desarrollo oscuro del argumento. Podían llegar contradiciones por cualquier lado. Pero un argumento es como un barco pirata, bien pertrechado de cañones, veinte por banda y nosotros sin vela y sin poder movernos, y ahora, ¿qué hacemos? A lo mejor podemos disparar los cañones y... quizá remotamente, alguien lo oirá. Podemos atragantarnos tratando de hacer que la traquea trague todo el malestar. Puede que se oiga, pero será visible desde fuera, eso seguro pues la explosión hará alterar la paz de todos y se darían cuenta entonces de lo sucedido... de la realidad de los hechos, y todos cambiarán, se despertarán de sus sueños... y creerán que están soñando. Porque es imposible algo tan bello. La vi y pensé que por fin había encontrado la últma morada, el lugar que llevaba persiguiendo toda la vida y que sin embargo, ya estaba alquilada. Tendría que buscar un nuevo agente inmobiliario. La casa que me había propuesto para pasar unos días en la playa era espantosa. ¡A quién se le ocurre! A mí, un alto ejecutivo de Telefónica ponerme en segunda línea de playa. ¡Una vergüenza! Tenía al menos sesenta llamadas perdidas y no tenía saldo. Al final, iba a tener que quedarme aquí quince días, muerto de asco. Bueno, quince días como mínimo. Porque en una isla desierta uno no sabe cuánto tiempo va a pasar. Lo importante es la compañía. La compañía marca tus relaciones, y las relaciones te marcan a ti. ¿Con quién irías a una isla desierta?
Pero... pero nada.
Ninguna síntesis.
Nada.
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